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Nuevo Proyecto escrito a modo de SERIE ^^





Os presento en estas letras mi nuevo proyecto escrito (sin abandonar los antiguos) que espero ir desarrollando semana a semana en este blog personal.

La extensión de cada capítulo o parte no será mayor de 1 hoja por lo que espero que sea dinámico y versatil así como pido vuestra colaboración en mejorar y modificar las cosas que sean necesarias dado que son solo eso, un boceto sin corregir de una idea bienparida ^^

Sin mas dilación os presento el PRELUDIO de este nuevo proyecto en el que estoy barajando muchos títulos pero que por ahora no me decido jejeje

Ya sabéis, hay que dar a "leer mas" para poder empaparos de él ;)

Un abrazo!





PRELUDIO:


La oscuridad parecía acabarse y entre la negrura empecé a vislumbrar jirones de luz resquebrajando la quietud, el silencio; entonces volvió el dolor. Una lacerante punzada de dolor presionó mi cabeza y apenas me dejaba escuchar mis pensamientos.

Al fin mis ojos comenzaron a abrirse y allí, frente a mí aún recostado, apareció un techo de color claro, metálico, con una inmensa luz cegadora que hería mis ojos. ¿Dónde estaba?.
Sentí como el entumecimiento recorría mis huesos, mis manos y piernas, mis labios resecos. ¿Podría levantarme siquiera?.

Con un esfuerzo sobrehumano me incorporé pesadamente; ahora podía ver la extraña habitación donde me encontraba: Tendida sobre una camilla alta, con una puerta metálica de seguridad en frente mía y multitud de mesillas y utensilios médicos alrededor. Finalmente un espejo grande a modo de ventana en una de las paredes reflejaba mi imagen centrando mi atención.
¿Esa era yo?.
Apenas estaba tapada con una bata, como las que se usaban en los hospitales o antes de las operaciones; mi cabello oscuro y rizado me estorbaba sobre las dos cristalinas marrones de mis ojos y se deslizaban sobre los hombros. No debía de pesar mas de cincuenta kilos para una altura cercana al metro setenta lo que me hacía parecer delgada, mas aún con esa tela azulada sobre el cuerpo.

El cristal no delataba mas información pues parecía uno de esos espejos para mirar desde fuera de la sala lo que solo aumentaba mi inquietud por averiguar mas sobre mi y mi lugar allí, tendida, sola.

Me froté los ojos con las manos, aún me escocían por la intensa luz, descubriendo unos pequeños orificios sobre las muñecas, quizá para algún tipo de inyectores. La cabeza me dolía horrores y por impulso, antes de bajarme de aquella camilla, eché mis manos a la cabeza intentando mitigar el dolor. Mis dedos hurgaron entre el frondoso pelo azabache cuando abruptamente se detuvieron. Allí, apenas a unos centímetros de la nuca, había una cicatriz extrañamente reciente y desproporcionada, con restos de sangre reseca aún en su alrededor.
Miré incrédula los dedos manchados de mi propia sangre seca. ¿Qué me había pasado?, ¿por qué estaba allí y dónde estaban los médicos?. Demasiadas preguntas para un horrible despertar.

Me decidí al fin a bajar de la camilla apoyando uno de mis pies desnudos sobre el impoluto suelo pero una tarea tan sencilla como aquella se convirtió en titánica y apenas apoyé mi peso sobre él mis piernas cedieron y caí a plomo contra el piso. Dios, eso dolía aún mas. Casi desnuda, sin fuerzas y tendida contra el suelo; tarde varios minutos hasta que me respondieron mis piernas y mis brazos lograron alzarme denuevo a la posición vertical pero aún podía sentir como me tambaleaba, como si de uno de esos zombis de película se tratase.
Decidí dirigirme hacia la única salida: se trataba de una extraña puerta metálica, sin cerradura y con un panel numérico en su lateral derecho. No había cierre de seguridad tipo Alfa ni central de monitorización pero... ¿cómo coño sabía yo que eran todas esas extrañas palabras?. En mi cabeza surgían sin explicación como si por un embudo quisieran pasar a la vez los textos del Quijote y se mezclaran sin freno.

Mis dedos comenzaron a moverse, acariciando primero los números y presionándolos después, en una sucesión continua y automatizada que no pude controlar. Al momento la puerta se abrió con un quejido. Los cierres de seguridad se habían retirado y tan solo con mi mano pude desplazarla hacia atrás, indecisa, miedosa, sin saber que me esperaba tras ella...


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