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Relatos de la Nueva Era (II) y otros textos









Mientras sigo inmerso en el proceso de creación literaria que me embarga sobremanera desde que publiqué mi primera novela corta (según se mire XD) de ciencia ficción: "El Enclave", he recibido muchas ayudas, críticas constructivas y aportes inestimables de mis amigos, compañeros o mentores. Es un placer comprobar como todo el trabajo de un año es recompensado. Sé más que de sobra que hay muchas cosas que mejorar, que pulir y que corregir, como no, pero, por algo se empieza, ¿no?

Como digo "El Enclave" ya se mueve más allá de mi "universo cercano", traspasando barreras y llegando a lugares que nunca hubiese creído. Esto ya de por sí es un logro personal enorme para mí, por ello me veo obligado, (con gran placer, por supuesto) a dar las GRACIAS a todos los que habéis confiado en mí y os habéis arriesgado a leerme. Sois muy grandes ;)

Como decía al principio, desde que en Febrero (casi Marzo) "El Enclave" saliese a la venta, me he dedicado a su promoción y venta (aunque llamarlo así con este nivel es irrisorio, la verdad). Tras un mes de descanso no pude evitar volver a empezar el proceso. "El Enclave" era el capítulo 1 de los "Relatos de la Nueva Era" por lo que la "saga" continuaría... pues bien; "Amos de la Noche", tras unos meses de escritura compulsiva, ya se encuentra viento en popa, avanzando hacia su publicación final para finales de año previsiblemente. 
En este nuevo capítulo veremos un punto de vista diferente, una mayor descripción del futuro-pasado de nuestro universo y todo lo que le rodea, amén de un nuevo grupo de personajes que se verán inmersos en una historia de aventuras, intriga y traición. "Amos de la Noche", Relatos de la Nueva Era II, es un paso más para mí. Una mejora si me permitís. Así lo dicen los primeros y afortunados lectores que lo testean.
Solo quisiera poder enseñaros los bocetos de la portada que nuestro amigo Francisco Quilez (su blog en el margen derecho) se está currando para esta vez... son impresionantes, como siempre.

Bueno, mientras todo esto sigue su curso (ya sabéis que un libro al año no hace daño XD), os quiero dejar también un pequeño relato que he escrito en mi escaso tiempo de ocio. Tenéis más como ellos en la página web de Wattpad a mi nombre.

Tras el salto un breve micro-relato: "Moscas"

Un abrazo y nos leemos!






MOSCAS


Efectuó un giro grácil, casi temerario, mientras sus alas no dejaban de batirse y el zumbido que provocaban rasgaba el silencio y la quietud del aire. No había muchas posibilidades pero, sin duda atraída por el hedor de la carne putrefacta, la sangre y demás manjares, no pudo sino seguir acercándose, irremediablemente, a su final. Se posó y comenzó a frotar sus patas delanteras, quizá ansiosa por comenzar la degustación; sin embargo, el movimiento, lento, aletargado, costoso, de su víctima, logró espantarla lo suficiente para volver a quedar flotando en el aire, a la espera de una nueva oportunidad.

Con el continuo devenir de los segundos, pasadas, cabriolas, mordidas y envites, el insecto esquivó nuevamente y se volvió a posar, esta vez sobre una gran herida abierta, llena de pus y sangre reseca. Ese sería un lugar ideal para su prole: calor, comida, ¿qué más podría desear?

Azarosa en su nueva situación no perdió el tiempo y comenzó, primero, a abrir una oquedad con suficiente tamaño como para introducir sus mandíbulas y, después de alimentarse, a encontrar un lugar donde aposentar sus larvas. Pero nuevamente su hogar se contorsionó, removiéndose inquieto y haciendo que tuviese que retirarse a un lugar seguro, esta vez, eso si, con la barriga bien llena.

El ser no sabía que estaba muerto, que su función para con la mosca no era otra que la de servir de alimento y cobijo para ella y su descendencia. No. Aquel amasijo de carne sanguinolenta seguía moviéndose, espasmódicamente, intentando zafarse del collarín metálico que atenazaba su garganta; tal era así que esta, la garganta, había perdido toda la piel, dejando al aire la tráquea y gorgojeando sangre mientras intentaba quejarse inhumanamente de la presa, alzando las manos al aire sin alcanzar mas que la nada.

Si hubiese quedado algo de él, de su inteligencia o su vida anterior, no lo hubiese tenido más fácil; aunque hubiese llevado sus manos a la cruel argolla metálica de su cuello no hubiese podido romperla. No, ni tan siquiera con todo su ingenio de mortal hubiese dado con la solución de ceder uno de los eslabones de la gruesa cadena que sujetaban la argolla a la pared tras de él. Era una tortura que trascendía la vida y la muerte para continuar con un calvario que no tendría fin.

Era una escena graciosa, casi cómica: lo que quedaba del hombre luchaba por devorar a la mosca mientras que el insecto deseaba fervientemente y, a la larga, exactamente el mismo final para su oponente. La naturaleza desconocía qué era aquello y, por tanto, seguía los patrones de conducta que realizaría para cualquier otro ser muerto, en descomposición. El orden de las cosas, pese a todo, trataba de ser inalterable sin darse cuenta de los claros signos que indicaban que todo había cambiado en el mundo.

Finalmente, de manera tan inesperada para ambos contendientes como abrupta, el insecto se introdujo en las fauces del ser. Una extraña duda surgió en mi mente mientas mis manos seguían apoyadas en la ventana y mis ojos escrudiñaban la expresión del antiguo ser humano. ¿Acaso el no-muerto había vencido? O, como pasa casi siempre, ¿era la naturaleza la vencedora? Debo admitir que pensar en la mosca haciéndose un hogar entre los intestinos muertos del ser era una idea curiosamente lógica. ¿No lo estarían haciendo ya miles de millones de microseres? Fuera como fuese la naturaleza se abría camino… daba igual que cambiásemos las reglas del juego porque ella era quien realmente tenía toda la baraja y, muy a nuestro pesar, siempre obtenía ventaja de los acontecimientos.

Con esta moraleja en mi cerebro y una sutil sonrisa en mis labios decidí que había llegado la hora.


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