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Relato de Guerra: III y IV. Final "Reglas de Deshonor"


La campaña de "Air-Rol" Reglas de Deshonor tocaba a su fin este domingo día 26, en el campo de Cadalso de los Vidríos, de la mano de ASES y su organizador, un servidor. Fue una partida muy intensa que, pese al escaso número de jugadores, sirvió para practicar una partida mas táctica y difícil de lo normal en la que, finalmente, los ASES consiguieron la primera y única victoria en esta campaña.

Con ella damos finalmente carpetazo a la campaña aunque no a la historia... aquí van los últimos dos capítulos (el III se jugó en el Matadero de Villaviciosa de Odón y tenéis un buen resumen en el foro de los ASES). Espero los disfrutéis tanto como yo lo he hecho preparándolos, arbitrándolos y novelizándolos para vosotros XD





Capítulo III: Operación: "Río de Sangre"

"...El oficial de las fuerzas especiales ASES se paseó por el antiguo edificio en ruinas mientras sus hombres se mantenían en sus posiciones asegurando el perímetro. Ake miró a su compañero Druanivi y ambos se sentaron en la improvisada mesa de piedra de la estructura con sus invitados.

Pigmalión era un hombre fuerte, de aspecto un tanto desaliñado y sonrisa torcida que inspiraba una sensación como si, pese a tener la zona controlada, en cualquier momento pudiese estallar el caos a su alrededor; junto a él otro hombre de los Reclac se mantenía en pie de brazos cruzados y posición serena.

Tras la muerte de Reaper ASES habían perdido sus objetivos; primero el informador, luego multitud de hombres en el asalto y por último su comandante. Las órdenes tras aquello eran claras, debían regresar a su país y dar cuentas a sus superiores del fracaso. Pero Lobo y la plana mayor de ASES no admitían la derrota; dispuestos a volver con algo que les diese redención Lobo había urdido un plan para retomar posiciones y Lince y SuperLópez, dos de sus hombres de mas confianza, habían obtenido información sobre un emplazamiento avanzado de las tropas gubernamentales, en una pequeña población cercana, lo suficientemente suculenta para lo que se proponían.

Aún así el mayor problema de los ASES era que habían sufrido cuantiosas bajas y muchos de sus hombres estaban heridos por lo que había hecho falta pagar a un grupo mercenario de confianza que pudiese aumentar su número, sus posibilidades y crease una pequeña nube de humo de la que aprovecharse. Bodyguard se había encargado de ellos... los Reclac eran hombres de honor pagados para completar objetivos peligrosos si el dinero era el suficiente y dispuestos a vender caras sus vidas llegado el momento. Personas que vivían por y para la guerra sin preguntar nada mas que lo imprescindible.

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La noche era demasiado fría, las intensas lluvias de los días pasados y las nubes hacían que el frío y la humedad calase hasta los huesos a los pobres desdichados que patrullaban los alrededores de las edificaciones. Apenas dos grandes edificios y varios menores, incluso en ruinas por el desuso, era el irregular complejo avanzado que las tropas Gubernamentales defendían con recelo. Los pequeños focos dispuestos en el perímetro exterior, las grandes antenas de comunicaciones y los puestos de vigilancia de las tropas eran suficientes para saber, sin ser un gran entendido, que el puesto era mas de lo que parecía a simple vista.

El oficial de guardia se paseó por la sala de radares donde varios de sus operarios revisaban los paneles y salió de la sala para dirigirse por el pasillo hasta su estancia personal en la otra edificación. Su escritorio se encontraba lleno de papeles y su portatil encendido emitió un sonoro pitido cuando acababa de cerrar la puerta tras de si. El oficial miró alrededor visiblemente nervioso y se sentó en la silla encarando el monitor hacia él:

 
OP EN MARCHA
PREPARAR DOCUMENTOS
SALIDA INMEDIATA
El oficial miró tembloroso el monitor y rápidamente rebuscó en los cajones hasta dar con una carpeta amarilla que introdujo en un maletín de aspecto cuidado; tras aquello lo apoyó en la mesa dejándolo a la vista y salió de la habitación.
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Pigmalión salió de las ruinas y encendió el teléfono móvil mientras se alejaba con su compañero del puesto de los ASES:

- Todo preparado. Dispón de un equipo completo de asalto-infiltración cuando la trasferencia llegue a la cuenta y sea seguro.

No le daba buena espina... aquella ubicación era un puto bunker bien defendido pero los Reclac no eran nenazas y cumplirían con su parte. Era la hora de que corriese la sangre...

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El objetivo estaba a la vista. Ake, Druanivi y SuperLópez se encontraban en vanguardia, parapetados, revisando que los mapas que Bodyguard les había obtenido eran completamente fiables. Tras revisar los alrededores estaba claro que la mejor opción era ese punto de inserción pero debía hacerse rápido y sin dar tiempo a que sonasen las alarmas.

- Perímetro norte despejado - la voz de Fox resonó por el pinganillo de Ake confirmando la eliminación de los vigilantes del perímetro opuesto.

- Este y oeste despejados - Ryback confirmaba que todo estaba dispuesto para el asalto. Apenas tendrían 15 o 20 minutos antes de que alguien mas se diese cuenta del ataque y resonasen las alarmas para pedir refuerzos. Las tropas gubernamentales eran muy numerosas en las cercanías y no tardarían demasiado en llegar, eso les dejaba un pequeño tiempo en el que cumplir sus objetivos.

Lobo había dejado todo claro mientras se había visto obligado a trasladar a las tropas heridas al punto de reunión para su evacuación. El puesto de Gobierno poseía dos puntos claves para los ASES. Uno era el puesto de radares y comunicaciones; debían detonarlo para evitar que las tropas de gobierno pudiesen localizar su punto de evacuación y así garantizar el salvamento de los heridos y sus propias tropas. El otro objetivo era primordial; el emplazamiento era considerado una de las neuronas del entramado del Gobierno y poseía información confidencial de mucho valor para las tropas ASES. Si obtenían esa información no todo estaría perdido para ellos y al menos podrían redimir sus fallos y las pérdidas sufridas anteriormente.

Gracias a Bodyguard y a los Reclac poseían información fiable de que los documentos mas importantes se encontraban en uno de los edificios principales. El suficiente dinero había comprado su ubicación y su preparación en un maletín... solo tenían que recogerlo y sacarlo de allí aunque no sería nada fácil.

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El ataque fue brutal, silencioso, sangriento. Los ASES abrieron brecha con facilidad por la parte sur del complejo y rápidamente llegaron al interior del edificio de radares internándose dentro cuando los Reclac habían cortado las luces pero una vez dentro se encontraron con una férrea defensa que les hizo retroceder. La sala de radares estaba a su alcance pero cuatro soldados habían conseguido parapetarse en los accesos a la sala y mantenían fuego intenso difícil de cruzar y algunos Reclac habían sido heridos haciendo retroceder al resto y mantenerse en posición.

Ake entonces decidió dirigir a sus hombres tomando la estructura de pasarela cubierta que enlazaba el edificio de radares con el principal y avanzando rápidamente para obtener el maletín... no había mucho tiempo, las alarmas ya estaban sonando y los refuerzos del gobierno no tardarían en llegar.

La pasarela se había convertido en un infierno. Las granadas volaban en ambas direcciones y los gritos de dolor, la sangre y los disparos se entremezclaban en un caos mortal. ASES volvió a dirigir a sus hombres con temeridad y en un asalto varios de sus hombres lograron cruzar al otro lado pero las escasas tropas de gobierno estaban esperándoles.

Varios ASES habían caído y el propio Ake había sido herido de gravedad y se encontraba apoyado en una de las desvencijadas paredes. Geber trataba de taponar la sanguinolenta herida de bala de su pecho mientras cubrían el avance del resto de ASES hasta su posición. Cada centímetro era una cruenta batalla y las tropas de gobierno no cedían fácilmente en su empeño.
- ¿Estas bien? - Superlópez puso su mano en el hombro del cansado veterano y Geber hizo un gesto de que no era nada serio lo que tranquilizó al oficial - ten cuidado, ya no estas para estos trotes.

Ake esbozó una sonrisa aferrando aún mas fuerte su pistola.

- Trata de que no te tenga que salvar una vez mas... - dijo sonriente mientras un esputo de sangre le surgia de la garganta - Aún voy a dar mucha guerra, tenlo seguro.

Súper se levantó aprovechando una cobertura y se giró para comprobar la situación. A su izquierda mas ASES avanzaban por el pasillo hacia el edificio y ellos mantenían el ala este del mismo pero aún había tropas en el lado oeste y al fondo que disparaban sobre ellos.

Con su arma dispuesta Súper salío de la cobertura mientras los cascotes de cementos explotaban por los impactos de bala a su alrededor y las balas silbaban a escasos centímetros de su cabeza. Con dos disparos precisos el oficial dio muerte a otro par de soldados de gobierno asegurando la estancia principal.

- AVANZAD!!!!

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David, el Comandante de las tropas de Gobierno en la zona, escuchó las explosiones y los disparos. Desde el perímetro este del complejo habían estado revisando el ataque tras unos minutos de incertidumbre por las calles de la población dormida. Estaba claro que era un asalto en toda regla pero el escaso número de asaltantes hacía sugerir que podría tratarse de insurgentes en busca de un objetivo importante. No lo podían permitir. Acarició con cuidado su mac11 y respiró hondo. Sus chicos estaban mas que preparados... atacarían sin piedad a esa escoria mal organizada y capturarían algunos de ellos para que los superiores pudiesen disfrutar de su interrogatorio.

- Muevanse!! quiero asegurada la zona de radares y a esos cabrones vivos para poder interrogarles!

Las tropas desembarcaron de los vehículos y avanzaron en secciones por el complejo... esta noche sería recordada gratamente y los oficiales al fin podrían sacarle de aquel pútrido estercolero...

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Pigmalión disparó su 1911 sobre los soldados hiriendo a uno de ellos y acabando con el otro. El ataque les había llevado al interior del edificio de radares y prácticamente la totalidad de los defensores habían sido eliminados excepto los cabrones que se habían parapetado en ella. Eran como malditas ratas imposible de aniquilar y encima el tiempo se les estaba echando encima y los refuerzos de las tropas de gobierno habían complicado mas las cosas. Los ASES se encontraban en el edificio principal y ellos debían conseguir esa maldita sala costase lo que costase.

- GRANADA!!!

Otra explosión hizo reventar la pared lateral donde se encontraba y retrocedió un palmo sin dejar de disparar. Tras él sus hombres defendían la posición pero las bajas habían sido importantes y no pintaba demasiado bien...

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Descendieron por los restos de la pared mientras los disparos sonaban alrededor. Ake tiró el maletín abajo donde Súper lo recogió y el resto de ASES aseguraban la zona. El maletín con la información era suyo y estaban aniquilando a los enemigos con férrea determinación pero aún había algunos defensores bien posicionados que les cortaban el paso y los refuerzos llegaban desde retaguardia con fuerzas renovadas. Debían darse prisa...

- Dos objetivos allí!

Desde los muros de un devastado y antiguo edificio varios soldados de gobierno eran la última defensa de la huida de ASES con el maletín y esos malditos habían alcanzado a varios ASES que permanecían heridos en el suelo.

- Avanzad!! avanzad!!!

Súper volvió a despreciar su vida avanzando entre los árboles del aparcamiento trasero y corriendo hacia ellos con las balas silbando mientras los demás ASES le daban cobertura; rápidamente llegó hasta los parapetos y se deslizó tras ellos apuntando con su arma. El soldado de gobierno se encontraba recargando su escopeta y murio en el acto con los sesos esparcidos por la pared, el otro compañero que aguantaba el envite de los ASES seguía disparando su arma contra ellos y no vio venir al oficial que le destrozó completamente con varios disparos. El pobre infeliz no supo de donde le venían siquiera.

- Zona despejada, RAPIDO, RAPIDO!!!

Con un suspiro de alivio Súper vio como Ake llegaba con el maletín y corría escoltado por varios ASES, internándose en la oscuridad de los alrededores con el objetivo en sus manos... entonces vino lo peor...

El disparo atravesó limpiamente la pierna de Súper y lo hizo caer al suelo con un quejido, la siguiente bala le impacto en el hombro obligándole a soltar el arma mientras gemía de dolor. Las tropas de refuerzo de gobierno les habían cogido por sorpresa... estupidos, estupidos! habían descuidado su retaguardia y en un solo envite ocho de sus hombres habían sido heridos o muertos por el fuego enemigo.
Con una mueca de dolor aún en su rostro Súper vio impotente como los soldados les acribillaban sin piedad y tomaban sus posiciones, solo le quedaba el consuelo de que los documentos estaban a salvo con Ake y que los Reclac aún luchaban por destruir la sala de radares.

Una figura con ropas oscuras y el símbolo inconfundible del Gobierno llegó hasta él y le pisó fuertemente la mano con la que el malherido oficial de ASES estaba aún intentando alcanzar su arma. El Comandante enemigo sonrió y le apuntó con su arma.

- Parece que esta escoria no es la que pensábamos... Llevaoslos!!

Un golpe hizo que Súper perdiese el conocimiento y sucumbiese ante la oscuridad...

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El ataque había sido frustrado. La sala de radares había sido defendida a muerte y los héroes que habían logrado tal proeza no solo habían repelido el asalto si no que, además, habían capturado a alguno de los agresores. Tan solo el edificio principal se había llevado la peor parte con la destrucción de los despachos privados y la muerte de varios administrativos del Servicio de Inteligencia y la destrucción de algunos documentos de valor por las explosiones... nada grave...

David sonrió al ver el grupo de cautivos que mantenían sus hombres en la antigua casa. Muchos de aquella escoria estaban heridos de gravedad pero aún así servirían; con aquella victoria y su captura las fuerzas de gobierno habían obtenido un gran paso adelante y habían decapitado las fuerzas enemigas extranjeras.

- Esa escoria mercenaria no nos vale...

Los presos del Reclac fueron empujados fuera de la estructura y pateados al suelo antes de ser asesinados sin piedad ni miramientos ante los ojos de SuperLópez y los demás ASES.

- Vosotros pronto desearéis haber terminado como ellos...

La risa del Comandante rasgó la oscuridad como un cuchillo.
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Ake no miró atrás, sabía que era lo que tenía que hacer, igual que el resto de sus compañeros. Cuando llegó al punto de encuentro Lobo le recibió con presteza pues el transporte ya se encontraba dispuesto a partir. Ake le entregó el maletín y este revisó la información complacido.

- Ha sido un alto precio - Ake bajó la cabeza y miró a los escasos hombres que le acompañaban - espero que haya merecido la pena.

Lobo les miró y pasó el maletín a un compañero dentro del helicóptero.

- Embarcad a los heridos y marchaos a "hogar". Nosotros aún tenemos cosas que hacer...

Ake asintió con su mirada cargada de impaciencia. Los ASES nunca se daban por vencidos y no permitirían que nadie quedase atrás.

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Jano vió como los camiones salían del complejo gubernamental y como se acordonaba la zona para asegurarla pero le interesaba mas la carga que contenían esos vehículos; retiró los prismáticos de visión nocturna de su cara y se giró un momento para alcanzar el comunicador.

- El "lobo" esta en el corral. Todo sigue según lo previsto...

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CONTINUARÁ

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Próximamente... Operación:"Boca del Lobo"


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Capítulo IV: Operación: "Boca del Lobo"


"...Los gritos de dolor laceraban el oscuro aire que rodeaba los cuerpos magullados de los prisioneros. Gemidos, lloros, sangre y dolor inundaban por completo aquella fatal estructura de cemento y acero; la prisión de máxima seguridad de las fuerzas del Estado era un lugar inexistente, invisible, del que nadie externo a las fuerzas especiales del Estado tenían conocimiento. Se decía que aquel que entraba nunca saldría... y menos aún con vida.

Varios días habían pasado ya desde que el grupo de ASES capturados habían sido transportados allí y, sin embargo, habían sido mas que suficientes para acabar con la vida de mas de la mitad de los presos. Las torturas eran brutales, las palizas continuas; la locura acechaba en cada callejón de ese infierno para acabar con la voluntad mas férrea.
SuperLópez sufrió nuevamente una convulsión y espetó mas sangre. Su cuerpo volvió a ser arrojado al suelo de la celda de cemento y el golpe solo le sirvió para recordar que seguía vivo. Muy a su pesar. Del resto de sus compañeros solo podía intuir su sufrimiento por los agónicos chillidos que le trastornaban. Cada quince minutos los guardias volvían y le torturaban... sabían bien lo que hacían, los querían con vida pero... ¿por qué?. Con la sangre aún manando de su boca Super no tenía ya fuerzas ni para moverse...
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El abrigo de la noche y el resplandor de la luna. Las siluetas de los guardias en los muros y torres de vigía se recortaban mientras hacían sus guardias. Al rededor había mas de 100 metros de explanada y luego solo bosque y montañas. Al menos había dos días a pie en todas direcciones hasta un asentamiento... quizá mas.

"El Coronel" revisó varios papeles de su escritorio y se recostó en su sillón de cuero, alzando las botas hasta que el talón de estas alcanzaron la mesa.

Esos ASES no aguantarán mucho mas... es estúpido tenerles mas tiempo aquí y mas aún cuando tenemos mas que suficiente con su presencia para iniciar una ofensiva - pensó mientras revisaba los dosiers entre sus gordos dedos. Paró un momento y entonces empezó a tirar las carpetas de los soldados que ya habían perecido desde su internamiento. Eran demasiados. Bajas prescindibles de unos hombres demasiado leales para delatar al país que les había enviado.

De repente el monitor de la sala se iluminó y el Coronel trastabilló hasta casi caer de la silla. Una imagen se había hecho eco de los acontecimientos y las alarmas resonaban por todo el complejo. Nuevamente todo tembló ante una sacudida y el sonido de una explosión hizo que el Coronel quedase en pie y echase mano a su 1911 con el temple visiblemente nervioso. Las comunicaciones por el interfono no se hicieron esperar, se había iniciado el ataque.
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LOBO avanzó con sigilo entre los matorrales y el bajo bosque. Llevaban un tiempo buscando la zona e inspeccionándola hasta que Lince había podido encontrar el destino de sus compañeros. A estas alturas Ake y el resto de ASES ya habrían vuelto a casa para que ellos tuviesen el tiempo suficiente para rescatar a sus compañeros. Tras de él Ryback guiaba a los otros componentes del comando... no eran mas que ocho pero venderían caras sus vidas si llegaba el caso.

LOBO alzó la mano y el grupo se detuvo al instante. Desde la posición Juanki avanzó hasta una pequeña cobertura y divisó los soldados estatales que se encontraban apostados en las rocosas de mas arriba. Era un puesto de vigía y estaba claro que tenían una posición ventajosa respecto a ellos.

- Francotiradores, Señor. Al menos dos con buena cobertura - la voz del soldado era apenas un susurro pero no les hacía falta nada mas.

LOBO asintió y Rayback se acercó hasta él para mostrarle el manido mapa de la zona. Si los cálculos eran correctos habría otro puesto de defensa avanzado al norte, en una pequeña estructura cerca del valle. Eso no les dejaba muy buena disposición puesto que la prisión se encontraba tras de ellas, bien defendida por una explanada que aún no sabían como cruzar.

- Bien, continuemos con el flanqueo - la voz de LOBO no dejaba lugar a las dudas o a los nervios. Era el brazo al que aferrarse y a quien confiar la vida. Irían hasta el infierno tras de él...

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La pared de la celda voló por los aires lanzando cascotes en todas direcciones como si al que hubiese colocado el explosivo no le importase lo mas mínimo la integridad del que allí se encontraba. Mientras el polvo y el humo se dispersaban los guardias corrían hacia la puerta con sus armas preparadas. Los disparos surgieron de la nada y reventaron la cabeza del primero; para cuando el otro intentó reaccionar se encontró con dos agujeros gorgoteantes en su pecho y solo pudo caer a plomo contra el suelo.
El recién llegado surgió de entre la humareda con la máscara de gas aún en su cara y sosteniendo su 1911 con tranquilidad. Sus pasos fueron lentos, meticulosos, concienzudos, hasta que llegó a una pila de cascotes que removió con el pie. Bajo ellos se encontraba el cuerpo sin vida del preso de la celda. Con resignación la figura pateó el cuerpo dándole la vuelta y luego señaló la pared derecha de la celda; casi al momento la pared reventó literalmente dejando al otro lado a un asustado SuperLópez, que había logrado salvarse de milagro de la explosión, y apenas podía mantener sus ojos abiertos.
La figura le miró bajo su máscara y le arrojó su arma. No dijo nada. No hizo falta. Con un quejido de dolor SuperLópez se levantó como pudo, la cogió y, apoyándose entre los restos de la pared, salió al exterior de la prisión, dispuesto a aprovechar el regalo que ese desconocido le había hecho. Allí fuera todo era un verdadero caos; las explosiones y los disparos se sucedían pero rápidamente vio como, hasta otros tres de sus compañeros, huían por la explanada, intentando alcanzar la seguridad de los árboles, y apenas vestidos y armados con una simple pistola...

Súper no perdió mas tiempo y, con las balas silbando a su alrededor, corrió como nunca antes, sacando fuerzas de flaqueza, para intentar escapar de aquel infierno. Tras de él quedaba la figura enmascarada que se hacía una con las sombras...

- Los cachorros salen del corral. Todo listo.

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LOBO sintió las balas impactando contras la piedra que le cubría. Había sido cauto pero ahora necesitaban una distracción. Las explosiones de las últimas horas de la noche indicaban que algo no iba bien... quizá era un ataque rebelde... fuere lo que fuese los ASES iban a aprovecharlo al máximo. Mientras Rayback, Lobezna y Josefo disparaban sobre las tropas estatales, atrayéndolas hacia ellos, LOBO y el resto tendrían que intentar flanquearlos y pasar desapercibidos. Era una maniobra arriesgada pero confiaba en la poca experiencia de esos estúpidos.
Rayback hirió a uno de los soldados pero recibió un impacto en una de sus piernas, obligándole a retroceder con el fuego de cobertura de sus compañeros. Para cuando LOBO y el resto de ASES ya se habían retirado y desaparecido entre el follaje los soldados estatales contaban con numerosas bajas y los ASES habían perdido tan solo a uno de sus hombres.

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Súper corrió junto a sus compañeros. Había podido ver como varios mas habían sido abatidos a disparos por los guardias pero aún no comprendía quienes les habían salvado y por que. Con tan solo dos compañeros mas, los primeros en ser liberados, y el jefe Reclac "Pigmalión", que sin duda había sobrevivido gracias a la discreción, decidieron intentar internarse por la zona mas abrupta, evitando el valle, para alzarse sobre las rocosas y así intentar ocultarse entre las montañas y cuevas de la zona. Una pistola cada uno y un solo cargador eran, a todas luces, insuficientes, pero venderían cara su vida.

Raúl se movía por delante de ellos; el joven soldado estaba visiblemente agotado y con claros signos de haber sufrido torturas que harían enloquecer a los mas duros. Sujetaba su glock con decisión y fue el primero en alzarse entre las rocas de que iniciaban el ascenso. Tras él el resto avanzaba con cautela, revisando cada recodo, cada peñasco cercano, intentando disimularse entre la naciente luz de la mañana. De repente un ruido les hizo detenerse y Raúl revisó los alrededores con su arma presta.

Mas allá, entre las rocas, varios soldados estatales defendían una pequeña atalaya. Un par de ellos habían avanzado, como alertados por algo, y hablaban entre ellos con total tranquilidad. Cuando Raúl disparó contra uno de ellos este no supo apenas de donde venían los disparos. La bala impactó contra una roca cercana, rebotando e hiriéndole en el brazo y clavándole las esquirlas de esta en la cara, haciendo que cayese hacia atrás mientras daba la alarma.

Raúl aprovechó el momento pero, quizá por su juventud e inexperiencia, salió de su cobertura para avanzar por la roca pelada que le separaba del la arboleda mas cercana quedando entre el fuego de la atalaya y del otro puesto de vigilancia que quedaba en el valle, junto una antigua edificación. Las balas le impactaron varias veces antes de que sus compañeros pudiesen hacer nada y su cuerpo cayó a plomo desde la roca, chocando desde una altura de mas de 6 metros hasta quedar inmóvil.

Súper solo pudo elevar un corto salmo por aquel alma antes de girarse al resto de sus compañeros y huir hacia la seguridad de los árboles...
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- Ha caído uno, Señor - la voz del soldado por la radio era música celestial para el Coronel aunque aún quedaban tres fugados y sus puestos del perímetro de defensa habían avistado tropas hostiles avanzando hacia ellos.
El ataque a la prisión era mas complicado. Había sido perpetrado con total precisión y no habían eliminado a ningún hombre que no fuesen presos o guardias. No quedaba ni rastro de los asaltantes, aunque él mismo se encargaría de averiguar como coño había podido suceder.
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Súper resbaló. Habían corrido durante horas y su estado físico era lamentable. Uno de sus compañeros apenas podía respirar y Pigmalión tenía que ser ayudado para moverse debido a que un hueso se le había salido de la pierna en la última huida, cuando las tropas estatales habían sufrido fuego enemigo... pero... ¿de quién?
Sin apenas resuello se detuvieron un momento. Estaban al otro lado del valle, en la parte mas alta de la colina donde los árboles y la vegetación les brindaban mayor cobertura. Era extraño pero hasta diría que el cruento sonido de los disparos había cesado. Fue entonces cuando lo vio y supo que todo había acabado.
El cañón del arma apuntaba a los tres fugados desde las rocas sobre ellos. No emitieron palabra alguna; en seguida varios soldados mas salieron de entre los matorrales y rocas para asegurar el perímetro y... ¿darlos caza?
Súper no sabía si reír o llorar cuando reconoció el uniforme de los suyos y vio a LOBO al frente de estos. No pudo articular palabra, no tenía fuerzas, no sabía como expresar todo lo que significaba aquello. LOBO se lo puso aún mas fácil y se acercó a ellos.
- Tranquilo, estáis a salvo. Tenemos un corredor fiable hasta la zona segura. Siento haber tardado tanto.
Los ASES ayudaron a sus compañeros malheridos y comenzaron el regreso a casa. Mientras se movían como uno solo por los bosques escuchaban a las desorientadas tropas de las fuerzas estatales en su búsqueda pero nada podían hacer ya. Finalmente llegaron a una de las zonas de "extracción" donde se habían reunido algunos soldados enemigos, pero se encontraban charlando, desprevenidos, y no fue difícil acabar con ellos y evacuar con celeridad como si nunca hubiesen existido. Para cuando las tropas de refuerzo enemigas hubieron llegado allí ya no quedaba nada... solo el recuerdo de que una vez los ASES habían luchado, sangrado y matado allí.

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EPÍLOGO


LOBO abandonó la tienda de campaña donde había estado con Súper. Ahora él y el resto deberían descansar pero las palabras de su "hermano" le habían intranquilizado. ¿Quienes eran esos "salvadores" extraños?
Con resignación forzosa LOBO alzó la mano y dio las órdenes pertinentes al resto de los suyos. Era el momento de salir de allí y rendir cuentas ante sus superiores...

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El Coronel golpeó la mesa e hizo caer los papeles al suelo. ¿Cómo era posible que hubiesen escapado? Tendría que rendir cuentas de inmediato y asumir toda la culpa pero... ¿eran realmente tan importantes? Aquellos despojos humanos eran cascarones vacíos y no podían servir para nada de utilidad para ellos... ¿o si? Con un temblor naciente en sus manos escuchó la voz de su superior por el comunicador personal del despacho y no pudo reprimir una mueca de temor. El momento de la venganza llegaría, de eso podían estar seguros...
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Jano se movió entre los árboles hasta alcanzar la cima de la roca desde donde divisaba todo el valle. Con algo de cansancio y sus ropas aún empapadas en polvo, arena y sangre, retiró de su rostro sudoroso la máscara anti-gas. Era muy satisfactorio ver que todo había salido según lo previsto y el caos tomaba forma y sentido.

Con una amplia sonrisa volvió a descender de la roca y alcanzó su comunicador personal mientras sus hombres aseguraban los alrededores.

- Los ASES están de regreso, Señor - la voz del experimentado soldado era firme, serena - las tropas estatales ya tienen mas que suficiente e iniciarán la ofensiva en cuestión de días. Es el momento.

Jano saboreó las mieles de la complacencia y estaba impaciente por continuar con el plan... la voz que respondió era igualmente serena:

- Los benefactores de ASES podrán defenderse gracias a nuestra información y las tropas estatales, con los insurgentes prácticamente abatidos, se centrarán en el ataque, dejándonos finalmente el "trono" a nuestro alcance. Incluso podremos conseguir algo de ayuda extra por parte de esos ASES. Es la hora de golpear con fuerza y destruirlo todo. Es la hora de la VICTORIA.


FIN Campaña "Reglas de Deshonor"
Próximamente: El inicio de la campaña "SANGRE DE VICTORIA"

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